Oct
6
la cuarta página/203
Categoría: hago
Etiquetas: el país
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Oct
5
cuba libro
Categoría: hago
Etiquetas: cuba, libros
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Edicions de Ponent publica en estos días un libro que recoge los dibujos que hice durante tres viajes a Cuba. He preparado un PDF que podéis descargar aquí que os dará una idea de cómo es la criatura (tapa dura y 144 páginas)
Las libretas completas pueden verse en YouTube aquí y aquí.
Disponible a partir del 10 de octubre en el sitio de De Ponent o en FNAC y Rayuela.
Oct
2
panticosa
Categoría: veo
Etiquetas: españa, viaje
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La del Balneario de Panticosa es una historia trágica y muy española: hasta hace escasos años se conservaba, congelado en el tiempo, un complejo vacacional de principios del Siglo XX con hoteles, casas, fuentes y paseos. Entonces, en pleno delirio constructor, fue adquirido por una empresa que pretendió revitalizarlo como balnenario y se embarcó en un proyecto megalómano consistente en derruir buena parte de lo allí existente para edificar un complejo de lujo firmado por la hija de Rafael Moneo.
Praderas, paseos, arboledas y edificios protegidos fueron arrasados de la noche a la mañana. No menos de 15 grúas sustituyeron los bonitos hoteles y lo que fue un agradable sitio de descanso entre montañas se convirtió en paraíso del ladrillo y pesadilla de los paseantes que pretendían terminar en el refugio de montaña adyacente una etapa del extenuante GR-11. La empresa constructora, NOZAR, está hoy en quiebra y el encanto del lugar ha desaparecido para siempre sustituído por bloques informes de hormigón a medio terminar, aparcamientos gigantes, explanadas de cascotes y fantasmales casetas de obra.
El futuro se presenta negro: todo apunta a que el balneario cerrará definitivamente y el sueño de una sociedad loca que pretendió ser más de lo que era quedará conservado en piedra para, esperemos, escarmiento y advertencia para próximas generaciones de españolitos.
Oct
1
la cuarta página/202
Categoría: hago
Etiquetas: el país
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Sep
30
círculo vicioso
Categoría: veo
Etiquetas: blogs
2 comentarios
Mi amigo Ceferino López ha puesto en marcha una web en la que vende chapas y espejos de autor. Dénse una vueltecita por su Círculo Vicioso, échenle un vistazo a su catálogo y tal vez encuentren una sorpresa.
Sep
29
la cuarta página/201
Categoría: hago
Etiquetas: economía, el país, españa
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Sep
28
diversidad
Categoría: leo
Etiquetas: viaje
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En la región donde ahora me encuentro las tribus se cuentan por docenas. Se configuran en uniones y confederaciones cuyas reglas y costumbres no conoce nadie excepto sus miembros. Yo, un extraño, soy incapaz de orientarme en todo esto, de ordenarlo, agruparlo. Cómo voy a saber qué relaciones mantienen los mwaka o los pande o los banya con los baya? Pero ellos sí saben, su vida depende de ello. Saben quién pone púas envenenadas y en qué sendero, dónde hay un hacha enterrada. A propósito: ¿de dónde han salido tantas tribus? Sólo en Åfrica había diez mil hace ciento cincuenta años. Basta con dar un paseo a lo largo de un camino: en la primera aldea viven los tulama, pero ya en la siguiente, los arusi, que nada tienen que ver con sus vecinos. A una margen del río, los niurle, y en la otra, los topota. La cumbre de la montaña está habitada por una tribu y el pie por otra diferente. Y cada una tiene su lengua, sus costumbres, sus dioses. ¿Cómo se ha producido todo esto? ¿Cómo nació esa diversidad tan increíble, esa impresionante riqueza? ¿En qué momento empezó todo? ¿Cuándo? ¿En qué lugar? Los antropólogos sostienen que en el comienzo fue un grupo pequeño. Tal vez varios. Ninguno de ellos podía contar con más que treinta o, a lo sumo, cincuenta miembros. Si fuese menos numeroso, no podría defenderse; si fuese mayor, no hallaría comida suficiente para todos.
Ryszard Kapucinski. Viajes con Heródoto
Sep
27
cómic
Categoría: leo
Etiquetas: historieta
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Un reciente y despreciativo artículo de Vicente Molina Foix sobre cómics ha despertado una ola de justa indignación. Me han gustado los comentrios de este sitio y la justa carta “por alusiones” de Alvaro Pons.
Si os parece, podéis dejar un comentario en su blog. Yo ya lo he hecho.
ACTUALIZO: Mi amigo Manolo me dirige hacia el comentario del siempre punzante Joan Navarro.
Sep
26
viaje a huesca
Categoría: hago
Etiquetas: cuadernos, viaje
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[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=nN_VIhjdG-8[/youtube]
Esta la libreta la he rellendo durante un viaje reciente. Las primeras páginas las hice en Jaca, donde estuve dando el curso “A vueltas con el cuaderno”, del que se ha creado un blog que podéis ver aquí y se habla bastante aquí (en italiano).
He subido algunas imágenes de esta libreta bastante ampliadas a mi Flickr y en este otro sitio pueden verse mis fotos del curso de Jaca.
Sep
25
mikel casal
Categoría: veo
Etiquetas: libros
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Mi amigo Mikel Casal acaba de publicar un libro que recopila sus últimos trabajos para prensa. Podéis leer más sobre él y ver algunas mini-miniaturas aquí.
Sep
24
la cuarta página/200
Categoría: hago
Etiquetas: el país
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Sep
23
la cuarta página/199
Categoría: hago
Etiquetas: el país
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Sep
22
montaña
Categoría: leo
Etiquetas: cuadernos
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En la montaña tengo a menudo la impresión de ser un blanco, de estar siendo observado desde un punto de mira. Para conjurarlo, pienso en el lanzador de cuchillos. Su excelencia consiste en fallar el blanco. Clava sus puntas alrededor de la figura. Para él, la precisión consiste en apuntar al borde y desdeñar el centro.
Erri de Luca. Tras los pasos de Nives
Arriba, apunte reciente desde los Baños de Panticosa.
Sep
20
coñac
Categoría: leo
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Vajtang Inashvili me enseña su lugar de trabajo: una gran nave repleta de barriles hasta el techo. Enormes, pesados, dormidos, descansan sobre unos soportes. En los barriles madura el coñac. No todo el mundo sabe cómo se hace el coñac. Para conseguirlo, hacen falta cuatro cosas: vino, sol, madera de roble y tiempo. Además, como en todo arte, hace falta gusto. El resto se presenta de la manera siguiente: En otoño, después de la vendimia, se fermenta la uva. El alcohol obtenido se vierte en barriles. Los barriles tienen que ser de roble. El secreto del coñac se esconde en los nudos de la madera. Mientras crece, el roble acumula sol. El sol penetra y se posa en los nudos, como el ámbar se posa en el fondo del mar. Es un proceso que dura decenas de años. Un árbol joven no daría buen coñac. El roble crece; su tronco empieza a platear. El roble se robustece; su madera cobra fuerza, color y olor. No todo roble dará buen coñac. El mejor lo dan los árboles solitarios que crecen en lugares apartados y en suelo seco. Son los que han acumulado mucho sol. En un roble de estas características hay tanto sol cuanta miel hay en un panal. Los suelos húmedos son ácidos, por lo que el roble contiene demasiado amargor. Lo detectaremos al tomar el primer trago de coñac. El roble que en su juventud haya sido herido por la metralla tampoco dará buen coñac. En el tronco herido los jugos circulan con dificultad, y la madera ya no tiene el mismo sabor. Después los cuberos hacen los barriles. El cubero tiene que saber su oficio. Si falla el corte, la madera no dará el aroma deseado. Sí dará color, pero no soltará ni pizca de aroma. El roble es un árbol perezoso, y, sin embargo, haciendo coñac, tiene que trabajar. El cubero debe tener el pulso de un constructor de instrumentos de cuerda. Un buen barril puede durar cien años. Incluso hay que tienen doscientos y más. No todos saldrán bien. Hay barriles sin sabor, y otros que dan un coñac que es oro puro. Sólo pasados unos cuantos años se sabe cómo ha salido el barril. En estos barriles se vierte el alcohol obtenido de la uva. Quinientos, mil litros, depende. Se colocan sobre los soportes y allí se dejan. No hay que hacer nada más; sólo esperar. A todo le llegará su tiempo. El alcohol penetra en la madera, y entonces el roble devuelve todo lo que ha acumulado: el sol, el olor y el calor. El árbol exprime sus jugos: trabaja. Por eso tiene que tener paz. Como respira, necesita de suaves corrientes de aire. Le gusta el ambiente seco. La humedad estropearía el color; daría un color pesado, sin luz. El vino gusta de la humedad; el coñac no la soporta. Es mucho más caprichoso. El primer coñac se obtiene al cabo de tres años. Tres años, tres estrellas. Los coñacs con estrellas son los más jóvenes, de baja calidad. Los mejores son los de marca, sin estrellas. √âstos han madurado durante diez, veinte, hasta cien años. Aunque, a decir verdad, la edad del coñac es aún mayor. Hay que añadirle la del roble del barril. En la actualidad se trabaja con robles que despuntaron en los tiempos de la Revolución Francesa. La edad del coñac se reconoce por el sabor. El joven es duro, rápido, como impulsivo. Tiene un sabor áspero, rasposo. En cambio, el viejo entra terso, suave. Sólo más tarde empieza a irradiar. El coñac viejo alberga mucho calor, mucho sol. Sube a la cabeza con lisura, suavemente, sin prisas. De todos modos hará su trabajo.
Ryszard Kapuscinski. El imperio.
Sep
19
dibujo
Categoría: leo
Etiquetas: dibujo
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Relata: un día, un hombre llegó hasta su casa en una barca. Llevaba papel y pinturas, lápices de mina y de colores. Con su barca seguía el curso del Lena, deteniéndose en aldeas y jutores y a partir de fotografías pequeñas, de carnet escolar o de pasaporte, pintaba para las madres los retratos de los hijos muertos en la guerra. Le pagaban cuanto podían. Y vivía de ello, no dependía de nadie.
Ryszard Kapuscinski. El Imperio
Arriba, algunas acuarelas dibujadas en Menorca.
Sep
18
triana/2
Categoría: leo
Etiquetas: españa, mapas
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El barrio de Triana, en Sevilla, ha sido señalado desde tiempo inmemorial como la residencia favorita de los gitanos. En este lugar son hoy más numerosos que en cualquier otra ciudad de España. Ciertamente habitan este barrio tipos desesperados y. aparte de los gitanos, se congrega aquí la mayoría de la población ladrona de Sevilla. Es posible que no exista otro lugar, incluido Nápoles, donde el delito abunde tanto y la ley sea tan despreciada como en Triana. La catadura de sus habitantes fue gráficamente bosquejada por Cervantes, hace dos siglos y medio, en una de sus novelas más divertidas. En los callejones más infames de este barrio, entre tapias desmoronadas y arruinados conventos, vive la gran colonia de los gitanos españoles. Aquí se les puede ver manejando el martillo; aquí recortándoles las cernejas a los caballos o esquilando a tijera lomos de mulos y borricos. De este lugar salen para ejercer ese oficio en la ciudad o para oficiar de terceros o para comprar, vender o cambiar animales en el mercado y las mujeres para decir el bahi por las calles, igual que en otras partes de España, generalmente acompañadas por uno o dos churumbeles desgreñados que llevan en brazos o asidos a las faldas. Otras, provistas de canastas y anafes, se encaminan a las deleitosas orillas del Len Baro, cerca de la Torre del Oro donde, agachadas sobre el suelo y con el hornillo encendido, asan las castañas que, cuando están bien hechas, constituyen las golosina favorita de los sevillanos. Muchas de ellas están conchabadas con los contrabandistas y van por las casas vendiendo mercancías prohibidas, de las compradas a los ingleses en Gibraltar. Esta es la vida de los gitanos de Sevilla; tal es su vida en la capital de Andalucía.
George Borrow. The Zincali. 1840
Sep
17
triana
Categoría: leo
Etiquetas: viaje
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El sol se había puesto hacia más de una hora cuando llegamos al barrio de Triana; recorrimos, guiados por Coliron, varias calles bastante sucias y totalmente a oscuras, pues la iluminación y la limpieza están igualmente abandonadas en el barrio de los gitanos. A pesar de ello llegamos sin tropiezo frente a la botillería del tío Miñarro, a cuya puerta platicaban fumando su papelito varios personajes en traje andaluz, entre los que reconocimos algunos de los aficionados que habíamos encontrado en la academia de baile. Después de cruzar una sala donde bebían apaciblemente algunos tipejos de aspecto un tanto insolente, penetramos en un patio rodeado de columnas de mármol blanco rematadas por capiteles esculpidos. Este patio, como un gran número de los que todavía se ven en Sevilla, se remontaba al tiempo de los árabes; unos limoneros seculares tapizaban los agrietados muros y unas plantas trepadoras se enrollaban alrededor de las columnas que el tiempo amarillea; en las esquinas del patio se alzan bananeros de hojas dentadas y uno de esos arbustos, comunes en Andalucía, llamados damas de noche. Cuatro lamparillas de las que acabamos de describir iluminaban de extraña manera esta vegetación inculta, pero lujuriante; unas sillas de paja y unos bancos de pino dispuestos entre las columnas esperaban a los espectadores. Una media docena de jóvenes de espesas patillas de “boca de jacha” charlaban en medio del patio, mientras templaban sus guitarras, con algunas majas a las que nos pareció haber entrevisto ya en nuestra visita a la fábrica de tabacos. Eran, en efecto, cigarreras, e incluso la flor de las cigarreras, como oímos decir a nuestro alrededor.
Jean Charles Davillier. L´Espagne. 1874
Sep
16
kavf
Categoría: leo
Etiquetas: viaje
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El hombre se da por satisfecho con descansar tumbado a la sombra; es plenamente feliz a la orilla de un río espumeante o al fresco amparo de un árbol perfumado, fumando una pipa o tomando a sorbos una taza de café o bebiendo un vaso de sorbete, pero sobre todo perturbando el cuerpo y la mente lo menos posible, siendo el problema de la conversación, las insatisfacciones que pueden causar la memoria y la vanidad del pensamiento las interrupciones más desagradables de su kayf. No es extraño que kavf sea una palabra intraducibie a nuestra lengua materna.
Richard Burton. Peregrinaje a la Meca
Sep
15
café
Categoría: leo
Etiquetas: viaje
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Fueron los otomanos los que descubrieron que se utilizaba el café en el Yemen durante su primera ocupación del país, de 1536 en adelante. Veinte años después Estambul y El Cairo tenían tiendas de café; en la década de 1630 se bebía café como una bebida social en Balliol College, Oxford; París tenía 50 cafés en 1690; en Boston, en América, se abrió el primer café en 1689. El café se había convertido rápidamente en sinónimo de tratos oscuros, intriga y sedición. En el mundo islámico hombres doctos atacaban la sustancia como “haram”: una práctica prohibida a los musulmanes. En el Cairo, el que te sorprendieran en un café era un delito que se castigaba con la flagelación; a los reincidentes se les metía en un saco, se cosía el saco y se les arrojaba al Nilo.
Kevin Rushby. En busca de las flores del paraiso.
Sep
15
la cuarta página/198
Categoría: hago
Etiquetas: el país
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