civilización

Categoría: leo Etiquetas:
Escribe un comentario

Quizá la caza de cabezas sea una muestra de la barbarie primitiva, pero tiene una contrapartida mucho más terrible en las guerras de la civilización moderna. La civilización de nuestros días no es, después de todo, más que un grado superior respecto a la cultura bárbara. Sería cuestión a discutir si los primitivos salvajes, con sus rudas concepciones y creencias, con sus métodos de socialización y sus reglas de alta moral, no llevan una vida más pura y verdadera que nosotros, los civilizados. Sus aldeas no conocen la miseria de las grandes ciudades; a sus habitantes no les corrompe la codicia, ni ocultan los más abyectos sentimientos bajo un disfraz de respetabilidad. Alguna vez se dejan llevar por sus instintos bélicos y capturan una o dos cabezas, pero esto lo realizan en noble lucha. En cambio nosotros, los supremos representantes del progreso, agotamos los recursos de las naciones para destruir a millares de vidas humanas. Parece como si civilización significase lo mismo que degeneración. Sin embargo, penetra a viva fuerza en el Jardín del Edén, impone su cultura a estos pueblos sencillos y les arranca de sus aldeas, llenas de paz y de dicha, para hacerles trabajar en las minas y en las plantaciones; para despertar en ellos el deseo de las inútiles riquezas y placeres de los blancos, que sólo sirven de señuelo para cambiar su libertad en esclavitud.

Frank Hurley. Entre los cazadores de cabezas de Nueva Guinea. Joaquín Gil Editor. Buenos Aires, 1956.



¿Cómo iba a ser el segundo 11-S? por FERNANDO REINARES



asombro

Categoría: leo Etiquetas:
Escribe un comentario

A decir verdad, no sabemos lo que incita al hombre a recorrer el mundo. ¿Curiosidad? ¿Anhelo irrefrenable de aventura? ¿Necesidad de ir de asombro en asombro? Tal vez: la persona que deja de asombrarse está vacía por dentro; tiene el corazón quemado. En aquellos que lo consideran todo deja vu y creen que no hay nada que pueda asombrarlos ha muerto lo más hermoso: la plenitud de la vida. Heródoto se sitúa en el polo opuesto. Con su continuo ir y venir, es un nómada infatigable, ocupado en mil cosas, rebosante de planes, ideas, hipótesis… Siempre de viaje. Incluso cuando está en casa (pero ¿dónde está su casa?), es porque o acaba de volver de un viaje o está preparando el siguiente, el cual ha de ser entendido como un esfuerzo e indagación, como un intento de conocerlo todo: la vida, el mundo, a sí mismo.

Ryszard Kapucinski. Viajes con Heródoto



agua

Categoría: leo Etiquetas:
2 comentarios

Y, al otro lado del valle, contra la verticalidad gris de un acantilado, una delgada hebra de agua se esfuma convirtiéndose en niebla o humo atomizado por el viento y luego da la impresión de que se materializa de nuevo a partir del propio aire bajo la forma de una maraña líquida de luz. Hay hechizo en el agua que fluye: permanezco sentado, hipnotizado por su belleza. El agua, el más unificante de los elementos, el que une la tierra, el mar y el aire en un círculo viviente. Su correr sigue un cauce, a diferencia del aire, y sus ciclos son más vastos y aceptan los tres estados de la naturaleza. La nieve y el hielo yacen encerrados, quizá durante años, en crestas, circos, glaciares, nieves perpetuas, y de pronto se resquebrajan, se funden y se transforman en nieve derretida. El agua, más honda que altos los picos más altos, yace en el mar hasta que sube a la superficie y el aire la acepta en forma de vapor. El aire húmedo gira en torno al mundo y acaba cayendo de nuevo en el mar en forma de nieve o lluvia; o en forma de nieve y lluvia sobre la tierra.
“El hombre de bondad superior es como el agua”, dice Lao Zi. “El agua sabe favorecer a todos los seres, mas no lucha; ocupa los hogares que la muchedumbre detesta, y así está cerca del dao.” “Nada hay en el mundo más blando y débil que el agua, mas nada le toma ventaja en vencer a lo recio y duro.” Insípida, acepta todos los sabores, incolora, todos los colores, refleja el cielo, refracta las piedras blancas de su lecho, disuelve o suspende los suelos y los minerales sobre los que fluye. El pulso de nuestro cuerpo es líquido, como lo son todos los pulsos vivientes. El agua disuelve la sal de la parábola en las Upanishads, cubre la tierra del Génesis y fluye por el paraíso del Corán. Y el aleatorio rumor difuminado, el tumulto lumínico que estoy contemplando, es autor de más belleza incluso que la propia: los cirros y los cúmulos, el arco iris y los nubarrones, los estratos del crepúsculo, el indescriptible olor de las primeras lluvias en las planicies tostadas por el verano.

Vikram Seth. El lago del cielo

Arriba, apunte reciente desde los Baños de Panticosa.



castilla

Categoría: leo Etiquetas:
Escribe un comentario

Hasta hace cuarenta o cincuenta años los paisajes que se veían desde el tren podían pasar por cervantinos. Los pueblos con sus casas de una y dos plantas, y las torres de dos, tres iglesias y conventos. Torres herrerianas, de pizarra y molondrón, rematadas por una veleta loca.
Tengo a la vista algunas fotografías de entonces. Las terrazas del río, que cruzamos, las huertas y campos del Jarama, las alamedas y la llanura manchega. Era un paisaje bonito, con sus humildes casas de labranza, los polvorientos caminos y los labradores montados en sus butros, las bardas caídas de los corrales, las bulerías de los álamos, la pobreza de esos barbechos; todo eso le daba a esta tierra un carácter único, inconfundible, de gran empaque.
Ahora de todo ese paisaje queda poco, los corrales se han convertido en fábricas y desangeladas naves industriales, y en los campos de cebada avanzan imparables y macedónicas las dunas de basuras, los desecheros, las chabolas.

Andrés Trapiello. LAS VIDAS DE MIGUEL DE CERVANTES.



distancia

Categoría: leo Etiquetas:
1 comentario

¿Cómo medir la sensación de alejamiento, de la distancia? Estar lejos ¿de dónde?, ¿de qué lugar? ¿Dónde está ese punto de nuestro planeta que a medida que lo dejamos atrás tenemos la impresión de encontrarnos cada vez más cerca del fin de la tierra? ¿Acaso es un punto en el sentido meramente emocional (mi casa como centro del mundo)? ¿O cultural (como, por ejemplo, la civilización griega)? ¿O religioso (como La Meca)? Al preguntársele qué considera el centro del mundo: París o México, la mayoría de la gente responderá: París. ¿Por qué? Al fin y al cabo, la ciudad de México es más grande que París y, al igual que ella, tiene su metro, y sus monumentos importantes y sus grandes obras de arte, y sus magníficos escritores. Y no obstante dirán: París. O que alguien declare que para él el centro del mundo es El Cairo. Al fin y al cabo, es más grande que París, y los monumentos, y la universidad, y la pintura… Y, sin embargo, ¿muchos apoyarían El Cairo? De modo que queda París (en cualquier caso, quedaba cuando la asustada Jeanne atravesaba Siberia con el corazón en un puño). Queda Europa. La europea es la única civilización que ha tenido y que (casi) ha satisfecho su ambición de universalidad. Otras civilizaciones, convencidas de abarcar el mundo entero, no pudieron satisfacerla bien por motivos técnicos (como los mayas), o bien porque nunca mostraron tal interés (por ejemplo. China).

Ryszard Kapuscinski. El imperio.



caras

Categoría: leo Etiquetas:
Escribe un comentario

Estoy pensando en nuestra Verónica, que con su mano izquierda, en las etapas de aproximación y en el campamento base, dibuja al vuelo las caras de todos nosotros. Hay quien le ha hecho notar que resultan más jóvenes. Ella dice que las caras son jóvenes, los rasgos, la geometría no plana y esencial, no envejecen. Es la piel la que declara el tiempo y ella la bosqueja apenas. Lo que cuenta para ella son las líneas, la maraña que hace de cada uno de nosotros una figura aparte.
No entiendo de eso, no sé dibujar, pero la creo. Para mí, una cara es una expresión geográfica. Las hay desérticas, sísmicas, llanas, escarpadas, ventosas, pantanosas. Todas tienen una edad en la que son adecuadas. Verónica dibuja esa edad, como el hebreo antiguo lo hace con Dios.

Erri de Luca. Tras los pasos de Nives



El Raval, un barrio prostituido por JAVIER CALVO



antonio gómez/4

Categoría: veo Etiquetas:
2 comentarios

La obra de mi amigo Antonio Gómez, de quien he hablado aquí con anterioridad, podrá verse del 4 de septiembre al 1 de octubre en el Colegio de Arquitectos de Huelva.

Una reseña reciente sobre la exposición aquí y una acción incendiaria sobre uno de sus textos aquí. Reproduzco a continuación un texto de su galerista.

Yo también soy amigo de Antonio Gómez.

Conozco  a  Antonio Gómez (Cuenca, 1951) desde 1997, fue en los encuentros de Editores Independientes de Punta Umbría, los que organiza Uberto Stábile. Antonio me dio unas postales con imágenes de sus poemas objetos; en ese momento no reparé en ellos,  pero una vez que los tuve delante en el despacho de la galería fui consciente del extraordinario valor, de la importancia de los mismos ¿Cómo es posible que nadie antes se hubiera interesado por exponer esos objetos como maravillosas obras de arte? La primera exposición fue en 1998, “Lo experimental en lo poético”, luego vinieron: “Verdades a medias” (2001 ) ,”Memoria de futuro “ ( 2002 ), “ ¿Primero fue la luz o la palabra?” (2007), “El peso de la ausencia”(2008). Y las ferias:  ARCO 1999, 2000, 2001, 2002, 2003, 2004 ( Madrid);  TRÁNSITO 2000 y 2002 (Toledo );  HOTEL Y ARTE  1999, 2000, 2001 y 2002 (Sevilla);  y FORO SUR  2001,2002 y 2003 ( Cáceres). Para mayor  información sobre sus datos biográficos pueden consultar el sitio:  www.art-website.com Actualmente, su obra se encuentra de gira por las sedes del Instituto Cervantes dentro de la muestra  “Escrituras en Libertad. Poesía Experimental Española e Hispanoamericana del Siglo XX ”, junto a obras de  Joan Brossa, Juan Hidalgo, Valcárcel Medina, Zaj, Clemente Padín, Fernando Millán y  José Miguel Ullán, su mentor y amigo, recientemente fallecido. En los textos, origen  y análisis de la poesía  experimental, aparece compartiendo espacio de referencia con  los históricos  del movimiento: Mallarmé, Marinetti, Ramón Gómez de la Serna, Vicente Huidobro,…Todo un reconocimiento para nuestro artista por parte del  comisario de la exposición,  José Antonio Sarmiento. En las muestras de AG que he tenido la suerte de organizar, uno de los placeres añadidos a la contemplación de su obras  ha sido ver en la sonrisa  de cientos de personas,  la elegante ironía, la denuncia,  la ternura, la sutileza, los dobles significados y las verdades a medias de su poética inteligente y llena de gracia. Y el discurrir constante de sus  amigos, haciendo verdad la leyenda de aquella camiseta “Yo también soy amigo de Antonio Gómez”, que diseñó e ideó “Imanes Permanentes”, un grupo con un pie en Granada y otro en Bilbao. Antonio Gómez tiene una significativa  presencia  en el Puerto de las Artes;  como performer,  “No soy de un pueblo de bueyes”,  poema urbano,  un recorrido  que partirá de la céntrica Plaza de las Monjas y transcurrirá por las calles aledañas hasta llegar a la sede del Colegio  Oficial de Arquitectos  para abrir las puertas de su exposición  “Sumo y Sigo”. Esta muestra se estructura en varias secciones:  El tocador de pitos, una acción continua,  un works in progress  donde se ha comprometido con una gama social variadísima en un conjunto de acciones  certificadas con registro y etiquetadas como un producto de su pensamiento y de su  tiempo; donde el silbato, el pito común, es el objeto protagonista. Poemas Objetos, una serie antológica de su obra objetual que funcionan como esculturas, como assemblage, collage  dentro del  cuadro, o como esculturas de la apropiación e intervención de los significados. Y Videoproyección de una selección de vídeos de  acciones  realizadas en los últimos años.  Su propuesta expositiva se completa con la publicación de dos textos,  uno que podríamos entender como  reflexiones de un  militante de la experimentación poética  y  otro, “Luz de la ceguera”, como un manifiesto sobre este movimiento de vanguardia, ya casi un clásico, al que le auguramos mayor presencia en la escena artística. Agradecemos a la organización, patrocinadores y colaboradores  de El Puerto de las Artes  que hayan  hecho posible esta muestra.  Y, sobre todo,  por enriquecer nuestras vidas con tu obra ¡Gracias Antonio!


Fernando Serrano. Huelva, Agosto de 2009



El próximo lunes 7, víspera del Día de Extremadura, se celebrará un acto de protesta contra las industrias contaminantes y a favor del desarrollo sostenible, organizado por la Plataforma Ciudadana Refinería NO. Desde las ocho de la tarde junto al Tetro Romano de Mérida.



Aprovecho que parece que se termina el verano para recordar que a partir del día 10 estaré en Jaca (Huesca) como profesor de un curso sobre libretas de viaje organizado por la Universidad de Zaragoza.

La información sobre el curso y cómo inscribirse, aquí.



Sobre sabios, bobos y malvados por FÉLIX DE AZÚA. El País 4-9-09



el escorial

Categoría: hago Etiquetas: ,
5 comentarios

Calor, calor y calor. De la fuente que hay junto a la ermita salía un hilillo de agua que me salvó la tarde. El camino GR que baja de la Silla de Felipe II a l pueblo de Pajares está ilegalmente cortado por la entrada a una finca, así es que tuve que dar un buen rodeo para enganchar con el tramo de calzada romana que corta las vías del tren.



madrid/2

Categoría: hago Etiquetas: ,
6 comentarios

Más visiones de la serie de Madrid temprano que enseñaba ayer. Clicando en las imágenes se ven más grandes.



madrid

Categoría: hago Etiquetas: ,
2 comentarios

Verano. Madrugo mucho para hacer unas acuarelas de Madrid desierto. Las imágenes se amplían bastante al clicar sobre ellas.



dibujos

Categoría: veo Etiquetas:
Escribe un comentario

Hay muchos tipos de dibujo que me gustan. Mis favoritos son los que quieren decir algo. Como éstos.

La historia, aquí.



¿Qué fue de la leyenda negra? por JOSÉ MARÍA RIDAO. El País. 30-8-009



El temor de los intelectuales a la política por RAMIN JAHANBEGLOO



tierra

Categoría: leo 1 comentario


La tierra parecía algo no terrenal. Estamos acostumbrados a verla bajo la forma encadenada de un monstruo dominado, pero allí, allí podías ver algo monstruoso y libre. No era terrenal, y los hombres eran… No, no eran inhumanos. Bueno, sabéis, eso era lo peor de todo: esa sospecha de que no fueran inhumanos. Brotaba en uno lentamente. Aullaban y brincaban y daban vueltas y hacían muecas horribles; pero lo que estremecía era pensar en su humanidad -como la de uno mismo-, pensar en el remoto parentesco de uno con ese salvaje y apasionado alboroto. Desagradable. Sí, era francamente desagradable; pero si uno fuera lo bastante hombre, reconocería que había en su interior una ligerísima señal de respuesta a la terrible franqueza de aquel ruido, una oscura sospecha de que había en ello un significado que uno -tan alejado de la noche de los primeros tiempos- podía comprender. ¿Y por qué no? La mente del hombre es capaz de cualquier cosa, porque está todo en ella, tanto el pasado como el futuro. ¿Qué había allí, después de todo? Júbilo, temor, pesar, devoción, valor, ira -¿cómo saberlo?-, pero había una verdad, la verdad despojada de su manto del tiempo. Que el necio se asombre y se estremezca; el hombre sabe y puede mirar sin parpadear.

Joseph Conrad. El corazón de las tinieblas



enclaves

Categoría: leo Etiquetas:
Escribe un comentario

(…) cuando nos encontramos en un país con un alto grado de desarrollo, en una Holanda o en una Suiza, nos llama la atención el hecho de que toda la realidad material que nos rodea está igualmente desarrollada: las casas aparecen limpias y pintadas, no faltan cristales en las ventanas, el asfalto de las carreteras es liso, los pasos para peatones señalizados, las tiendas ofrecen una gran cantidad de productos, los restaurantes son limpios, cálidos, acogedores, los faroles de las ciudades están encendidos y la hierba de los céspedes, bien segada. El país con un desarrollo de enclaves ofrece un paisaje muy distinto. Allá, un lujoso banco está rodeado de casas desconchadas; un elegante hotel está en medio de unas calles sucias flanqueadas por chabolas; saliendo de un aeropuerto iluminado se entra en la oscuridad de una ciudad lóbrega y nada acogedora; junto al brillante escaparate de una tienda de Dior, aparecen los sucios, vacíos y oscuros escaparates de las tiendas autóctonas; junto a unos cochazos imponentes circulan unos autobuses urbanos viejos, malolientes y atestados de gente. Y todo esto se debe a que el capital (principalmente extranjero) se ha construido esos perfectos enclave en cuestión, pero, en cuanto al resto de país, ni puede ni piensa desarrollarlo.

Ryszard Kapuscinski. El imperio.