gibara

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En oleadas sucesivas, como una continuación de las olas formadas en el mar, le llegó la brisa, fresca, húmeda, evanescente, y con ella vino el rumor del mar y el picante olor a salitre: todo le llegaba del mar, hasta la espera. y ella odiaba al mar, porque sabía que le era hostil. El mar debe ser una mujer, pensó. -Sólo una mujer puede ser tan dura con las mujeres y tan blanda con los hombres -dijo y recordó que alguien dijo que al mar debía llamársele la mar porque también lo afectaba la luna; no podía recordar quién lo dijo–: Pero debe ser una mujer -dijo. Más que nada lo odiaba por la misma razón que se maldice al cartero que pasa de largo: porque el mar era un medio de comunicación entre ella y él y ahora le negaba toda noticia. Él dijo: “Mira al mar. Míralo siempre y sabrás si vuelvo o no. Él te dirá”, pero él no había contado con el mar, de donde el mar era un mensajero sin saberlo. Nadie contaba con él y todos querían que fuese el recadero perfecto. Se despachaban embarcaciones, se echaban botellas llenas de mensajes, se tendían cables, y todos querían que las noticias llegaran pronto y sin novedad y con precisión al punto de destino. y ahora ese hombre, ese marino misterioso, envuelto en sombras, ocupado en raros trajines, que utilizaba el mar y la noche como cómplices, no decía más que “Mira al mar: él te dirá” y dejaba el resto (la improbabilidad, el error, la mala fortuna) al azar, y esta mujer odiaba al mar porque el mar, siempre sin saberlo, demoraba en decir que sí o que no.

Guillermo Cabrera Infante. El de arriba es un fragmento de MAR, MAR, ENEMIGO incluído en el libro de relatos  “Así en la paz como en la guerra”.

El dibujo lo hice un día de mucho viento en la bahía de Gibara, el precioso pueblo donde nació y al que, que yo sepa, jamás volvió. (Pregunté por él y a nadie parecía sonarle siquiera su nombre).



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Comentarios

Esta entrada fue escrita el Saturday, July 25th, 2009a las 00:24 y está archivada en hago. Puedes seguir los comentarios a esta entrada a través del RSS 2.0. Puedes escribir una respuesta, o hacer un trackback desde tu sitio.

1 Comentario hasta ahora


  1. Ruben G. Cabo on August 19, 2009 13:00

    Cómo les va a sonar el nombre de Guillermo Cabrera Infante.Fidel se encarga de que cualquier voz disidente no exista. Tengo un amigo médico en La Habana encarcelado hace unas semanas y al que le pueden caer 8 años de cárcel. El delito comprar dos sacos de cemento para arreglar la casa donde vive con su mujer y su hijo.El problema es que ha dicho quién es el vendedor, un general del ejército que en sus ratos libres se dedica al lucrativo negocio de vender materiales para la construcción…en eso ha quedado la revolución.
    Saludos maestro.

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