tiempos

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Esta esquizofrénica existencia entre los dos mundos opuestos me hizo reflexionar sobre la diferencia principal, o incluso abismal, que en nuestra época se produce entre el tiempo de la cultura material (o, dicho de otra forma, de la vida cotidiana) y el de los acontecimientos políticos. En el medievo los dos tiempos mantenían un ritmo concordante, acorde: se tardaba siglos en construir las ciudades y siglos duraban las dinastías.
Hoy la situación es diferente: las ciudades se construyen en decenas de años, mientras que los gobernantes, si es que no cambian cada cuatro meses, duran, como mucho, una década. El escenario político gira a un ritmo mucho más rápido que el de nuestra existencia cotidiana. Cambian los regímenes, cambian los partidos gobernantes y sus líderes, mientras el hombre gris vive como siempre ha vivido, sigue sin tener piso o trabajo; las casas siguen desconchadas, las calzadas de las calles aparecen llenas de socavones y la gente, desde la mañana hasta la noche, se dedica a intentar llegar a fin de mes.
Tal vez por este motivo muchas personas dan la espalda a la política, que para ellas es otro mundo, un mundo que vive a un ritmo muy diferente del suyo: el ritmo en que transcurre la vida del hombre corriente.

Ryszard Kapuscinski. El imperio.

(Arriba, un dibujo que hice en Cuenca un dia de mucho calor. Puede verse una versión a más tamaño aquí. Algunas fotos, aquí.)



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Comentarios

Esta entrada fue escrita el Friday, July 3rd, 2009a las 23:48 y está archivada en leo. Puedes seguir los comentarios a esta entrada a través del RSS 2.0. Puedes escribir una respuesta, o hacer un trackback desde tu sitio.

2 comentarios hasta ahora


  1. EclecticBox on July 6, 2009 01:41

    Excelente dibujo y muy interesante la reflexión del extracto… me confieso (orgulloso) parte de esas hordas de hombres y mujeres grises o corrientes. Y particularmente contento de haber aprendido a dar la espalda a la política reinante en este país (similar a la de muchos otros), que se acerca cada dia más a una mezcla entre circo de títeres sin cabeza y el patio de un colegio.

  2. Ruben G. Cabo on July 22, 2009 09:08

    ¿Cómo no estar de acuerdo con Kapuszinski? Debería ser de obligada lectura.
    Saludos maestro.

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